El viernes profesores y alumnos disfrutaron de un bonito paseo en
catamarán desde Rota hasta Cádiz. Una vez en la tacita de plata, fuimos a
por un desayuno en una pintoresca cafetería. Teníamos que devolver la
exagerada hospitalidad calabresa invitando a los profesores a
un tentempié.
Comenzamos nuestra ruta por la
plaza de San Juán de Dios, la estatua de Segismundo Moret y el bonito
ayuntamiento de Cádiz de estilo neoclásico e isabelino del siglo XIX.
A
continuación disfrutamos de la imponente Catedral de estilo barroco y
neoclásico del siglo XIX. Situada al borde del mar, es visible desde
muchos puntos de la ciudad. Sobre todo sus dos torres y su
característica cúpula amarilla.
Seguimos a la
plaza de Topete, más conocida como plaza de las flores, con sus quioscos
floristería, la estatua de Columela ( célebre escritor agronómico
gaditano-romano) y el barroco edificio de Correos. Recorrimos el Mercado
Central con sus exuberantes puestos de pescados y mariscos y los
típicos quesos y embutidos de la Sierra.
A
continuación, visitamos la factoría romana de salazones. En ella se
muestran restos de una instalación industrial en la que se llevaba a
cabo el procesado del pescado para la elaboración de distintos productos
alimenticios, fundamentalmente salazones y salsas (salsamenta, murex,
liquamen, garum…). La parte conservada se corresponde en su mayoría con
grandes piletas en las que se procesaba el pescado, con un pequeño
sector del patio en el que se realizaban las labores previas de despiece
y troceado. La factoría data del siglo I a.n.e..
Nuestro
siguiente destino fue la Torre Tavira. Esta es la torre vigía de mayor
altura de la ciudad vieja de Cádiz. Construida en el siglo XVIII en
estilo barroco. El monopolio del comercio colonial con los territorios
colonizados de América Central y América del Sur inició el siglo de
esplendor económico de la ciudad. De esa época de ricos comerciantes con
vidas lujosas perviven, aún hoy en día, más de cien torres mirador que
se utilizaban para ver los barcos que llegaban a puerto del comercio
colonial.
La torre está equipada con una
impresionante cámara oscura. Esta es una habitación completamente negra
con un espacio de proyección, el cual es una pantalla blanca cóncava.
Encima de esta pantalla, en el techo, está situado un tubo cuyo trabajo
es encargarse de hacer entrar luz a la sala mediante un juego de espejos
y un periscopio. Concretamente, el tubo sobresale del techo de la torre
y cuenta con unas lentes de aumento, un espejo giratorio y una ventana
por la cual entran las imágenes panorámicas.
Almorzamos entre el Mercado y el barrio de La Viña, vimos el Campo del Sur y sus espectaculares vistas de la ciudad.
Fuimos
a la playa de la Caleta para descansar un poco. Entre los imponentes
castillos de San Sebastián y Santa Catalina de los siglos XVIII y XVII y
con el coqueto balneario de La Palma a nuestros pies, sede del Centro
de Arqueología Subacuática de la Junta de Andalucía.
Continuamos
a la arbolada plaza Mina para visitar el Museo de Cádiz. La visita
comienza con los restos prehistóricos previos a los fenicios, para
continuar con la destacable sala fenicia con sus sarcófagos antropoides y
joyería minuciosamente elaborada. La de mayor tamaño es la zona romana,
con mosaicos, juegos, ánforas, graffitis, esculturas... Y para terminar
la sala de la época islámica con sus cerámicas.
Nos empezó a llover y no pudimos hacer mucho más. A la hora prevista cogimos de nuevo el catamarán para tomar el camino de vuelta a Rota con un agridulce sabor a despedida.
A la mañana siguiente... muy muy temprano.... las familias de acogida llevaron al grupo a coger el tren hacia Madrid... rostros llorosos y emocionados y la promesa de volver a verse pronto...
¡Hasta la próxima compañeros italianos!!
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